Buen Dia Herman@, Paz y Bien en el amor de Nuestro buen Dios.
"Cuando quieres realmente una cosa,todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla".

sábado, 3 de septiembre de 2011

COMO ORAR: MOMENTOS O PASOS DE LA ORACIÓN


El poder de la Oración.

La Oración es un diálogo expreso y directo con Dios donde implicamos todo lo que somos y hacemos. Oramos cuando conversamos con Dios como un amigo, como nuestro salvador. Orar es conversar con Dios compartiendo mis alegrías, mis tristezas, mis esperanzas y mis angustias. La oración puede ser de agradecimiento, de alabanza, de súplica, de protección, de sanación y hasta de discusión sobre lo que nos pasa en la vida.

Se puede orar de muchos modos y con muchas ayudas, pero no olvidemos que lo más importante son los interlocutores que se dan cita en el encuentro que llamamos oración. Y esos interlocutores son Tú mism@, la realidad y Dios.

Con la Aplicación de Sentidos (o Traer los Sentidos), propuesta por Ignacio de Loyola, se busca que la sensibilidad del orante vaya pareciéndose a la de Jesús. No basta que nuestros ideales y valores coincidan con los de Jesús, ni que vivamos momentos de fervor y entusiasmo en nuestra vida de orantes. Hace falta que toda nuestra persona se humanice al modo de la humanidad de Jesús, adquiriendo una capacidad de percibir, de interpretar y de disponerse en la vida de modo cualitativo. Y esto sólo se logra con una mirada que pueda ver el paso de Dios, con un oído atento a la voz de la gente y la de Dios, con un olfato que sabe percibir rumbos, con un gusto que sabe encontrar el toque especial de la vida y con un tacto que sostiene y acaricia con audacia y ternura la vida.

 COMO ORAR: MOMENTOS O PASOS DE LA ORACIÓN

Les llamamos pasos o momentos para que sirvan de guía. La importancia de estos momentos radica en que ayudan a una mayor comprensión de las vivencias por las que de forma muy variada pasa el orante. Tomar conciencia de estos momentos y profundizar en ellos ayuda a que el encuentro contigo mism@, con la realidad y con Dios sean más fecundos.

1° Momento: A lo que vengo”. Se trata de tomar conciencia del encuentro al que me dispongo. Este paso o momento es como la puerta de entrada. El orante trata de centrar todo su ser en torno a lo que se dispone a vivir. Decir una y otra a vez “a lo que vengo es a esto o aquello en la oración”, no es algo mágico que despeja las distracciones o incertidumbres que se padecen, sino que es la reafirmación (por repetición) de un tono vital en el que deseo hallarme, para que todas las fibras humanas entren en juego durante la oración.

2° Momento: Pacificación”. Es una metodología para lograr concentrarme-descentrarme-centrarme. La pacificación tiene que ver con las posturas y actitudes que ayudan a disponer toda la persona en ese tono orante que se desea. La persona concentra sus ritmos, sus afectos y su razón en función de lo que se desea vivir. Y al ritmo de esta concentración, los pensamientos y afectos se ponen en movimiento, ayudando a tomar conciencia de las fijaciones, distracciones, etc., y poder dar paso a la capacidad de centrarse en aquello que dé mayor gusto interior y sentido. Para la pacificación ayuda mucho el lugar, la ubicación, los sonidos, etc. Este momento puede hacerse cuantas veces sea necesario. Muchas veces conviene retomarlo en otros momentos de la misma oración con la finalidad de alcanzar una mayor centramiento en la oración. Cada persona irá adquiriendo su propio modo de pacificarse.

3° Momento: “Oración Preparatoria”. Es una jaculatoria que ayuda a centrar los afectos y razonamientos. Ignacio ha propuesto en sus Ejercicios Espirituales una única oración preparatoria: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y procesos interiores, estén totalmente ordenados a cumplir tu voluntad”. Esta Oración Preparatoria está propuesta para ser repetida tantas veces como sea necesaria. Incluso, puede tenerse como telón de fondo durante la pacificación. Cada persona puede modificarla y hasta resumirla en la forma que más le ayude. En su sencillez, esta oración es una jaculatoria, una especie de deseo repetido, y por ello familiar, que puede servir para nuestro diario caminar.

4° Momento: Composición del Lugar”. Un modo de trabajar la imaginación y los imaginarios. La Composición del Lugar es la recreación del contexto propio de cada persona que ora. No se trata de un ejercicio imaginario, sino de la visualización de todos los elementos externos e internos que intervienen en la vivencia que se está teniendo. Lo imaginario puede ser un conjunto de representaciones, pero a lo que Ignacio se refiere no es a esto, sino a ponerse delante o frente a su contexto, a su realidad tal cual es, como si presente se hallara, con la finalidad de que cada orante pueda, ubicarse de forma objetiva y real. Para Ignacio, componer el lugar no se reduce a componer imágenes sin más, sino a un proceso que permita, mediante la energía de la propia palabra interior, crear su propio modo de dialogar con la vida y con Dios.
5° Momento: Petición”. Se trata de pedir lo que se desea. Por ejemplo: “Señor, dame conocimiento profundo e interno tuyo”.
6° Momento: “Contenido o Materia”. Es el tema, temática o asunto sobre el que se basa la oración. La materia de la oración es muy variada. Cada persona ha previsto en la preparación de la oración, la materia de dicha oración. La materia no siempre es algo fijo o predeterminado, porque puede ocurrir que el mismo Dios hace que la oración tome otro rumbo y habría que estar abierto a ello. Si hemos dicho que la oración es un diálogo con un amigo, ello quiere decir que hay dos hablantes y ambos tienen su protagonismo en este encuentro.

7° Momento: “Coloquio”. Es un diálogo tierno y fecundo entre el Orante y el Orado. El coloquio es una conversación que uno tiene tal como se conversa con un amigo. Se trata de una comunicación en la que uno balbucea con palabras bien sentidas aquello que se ha sedimentado en la vivencia tenida en la oración. El coloquio es otro aspecto que bien puede ser empleado en la cotidianidad de la vida. Muchas veces nos encontramos teniendo coloquios bien profundos. Será el Examen quien permita distinguir si tales diálogos son fecundos o no.
8° Momento: “Examen o Cierre de la Oración”. Es un modo de ver si lo vivido en la Oración es de Dios, si tiene significatividad en mi vida y hacia dónde me conduce la experiencia vivida.

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EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS





Altísimo y omnipotente buen Señor,tuyas son las alabanzas,la gloria y el honor y toda bendición.A ti solo, Altísimo, te convieneny ningún hombre es digno de nombrarte.Alabado seas, mi Señor,en todas tus criaturas,especialmente en el Señor hermano sol,por quien nos das el día y nos iluminas.Y es bello y radiante con gran esplendor,de ti, Altísimo, lleva significación.Alabado seas, mi Señor,por la hermana luna y las estrellas,en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.Alabado seas, mi Señor, por el hermano vientoy por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,por todos ellos a tus criaturas das sustento.