Buen Dia Herman@, Paz y Bien en el amor de Nuestro buen Dios.
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lunes, 3 de enero de 2011

Francisco de Asís, modelo de vida

El pobrecillo de Asís



Francisco de Asís (1182-1226), conocido también como el Pobrecillo de Asís (Poverello d'Assisi, en italiano), el Cristo de la Edad Media y el Seráfico, es un santo de gran importancia para la Iglesia católica que nació en la ciudad de Asís, en la región italiana de La Peruggia. Propuso un estilo de vida (la Regla franciscana) cuya principal característica es seguir los pasos de Jesucristo de la forma más radical posible a través de la vivencia pura del Evangelio. En otras palabras, vivir según el Evangelio de Jesucristo con todas sus implicaciones y sin atenuantes o interpretaciones de ningún tipo. Ello implica necesariamente una vida de pobreza material, castidad absoluta y entera obediencia (los votos o "promesas" que debían hacer los seguidores de Francisco de Asís cuando se integraban en la Orden), entregada por entero al servicio de Dios y de la iglesia a través del apostolado y la oración.

Cuando se habla de pobreza como voto franciscano se entiende no poseer bienes materiales y vivir en condiciones de extrema humildad: ninguna propiedad, ningún bien suntuoso, únicamente la túnica (hábito) que se lleva puesta, trabajar en oficios sencillos a cambio de lo mínimo necesario para vivir o bien vivir de la mendicidad.

La castidad también debe ser vivida radicalmente, de manera que el franciscano está llamado a no dar gusto alguno a los placeres físicos (y no sólo sexuales) a través de una vida de abstinencia y mortificación. Los apetitos corporales (a los que se denomina "concuspicencia de la carne") no deben imponerse jamás en la vida del franciscano.

La obediencia implica que los hermanos de la orden franciscana deben acatar sin cuestionamientos los mandatos y dogmas fundamentales de la fe católica, en general, y las órdenes concretas de sus superiores religiosos dentro de la orden misma en particular. Un franciscano está llamado a obedecer sin chistar las órdenes de sus superiores en la orden y en la iglesia.

Francisco de Asís también hace un llamado a que sus seguidores tengan una vida de apostolado mediante la predicación y las obras de caridad en favor de los más necesitados. Otro aspecto fundamental es la oración a Dios, que debe formar parte de la vida diaria de un fraile franciscano, y que se hace mediante su participación en los ritos propios de la iglesia y mediante su oración y meditación personal.

Otros aspectos que llaman la atención de la vida y obra de este santo son el amor que sentía por la creación de Dios (no sólo los animales, sino todo en la naturaleza), su celo por llevar el mensaje del Evangelio a los que no lo conocían o lo rechazaban (en una ocasión viajó al cercano oriente, en plenas guerras de la cruzadas, para hablarle de Jesús a un sultán de fe islámica), su devoción por la Navidad (se cree que la costumbre de hacer el pasito o portal en la Navidad fue creada por él) y el hecho de que, ya cercano el fin de su vida, un arcángel le visitara para hacerle llagas similares a las de Cristo.

La orden franciscana en sus inicios, conocida entonces como los hermanos menores, siguió con completa fidelidad estos llamados del santo de Asís. Pero conforme avanzó el tiempo, ya cercano él a su muerte, surgieron movimientos dentro de la misma orden que pugnaron por atenuar la rigurosidad del modo de vida franciscano (sobretodo en lo concerniente al voto de pobreza). Francisco de Asís vio todo esto como una traición al Evangelio y sufrió mucho moralmente por ello. El caso es que los franciscanos de hoy día distan mucho de vivir la pobreza en el punto extremo en que la vivieron los hermanos menores.

Hoy día la Orden Franciscana está dividida en muchas ramas (de Primera Orden, de Segunda Orden, de Tercera Orden, Seglares), siendo las principales (y de Primera Orden) los Capuchinos, los Conventuales y los Franciscanos a secas.



EL CAMINO DE LA NADA


MIGUEL DE MOLINOS (1627-1696)

GUÍA ESPIRITUAL
LIBRO 3-CAPITULO XX

Se enseña cómo la nada es el atajo para alcanzar la pureza del alma,
la perfecta contemplación y el rico tesoro de la paz interior.


El camino para llegar a aquel estado del ánimo reformado, por donde inmediatamente se llega al sumo bien, a nuestro primer origen y suma paz, es la nada. Procura estar siempre sepultado en esa miseria. Esa nada, y esa conocida miseria es el medio para que el Señor obre en tu alma maravillas. Vístete de esa nada, de esa miseria y esa nada sea tu continuo sustento y morada, hasta profundarte en ella; yo te aseguro que siendo tú de esta manera la nada, el Señor será el todo en tu alma.

¿Por qué piensas que un número infinito de almas impiden la corriente abundante de los dones divinos? Porque quieren hacer algo y desean el ser grandes; todo es salirse de la humildad interior y de su nada; y así impiden las maravillas que quiere obrar aquella infinita bondad. Apegándose a los mismos dones por salir del centro de la nada y todo lo malogran. No buscan a Dios con verdad y así no le hallan; porque ha de saber que no se halla sino en el desprecio de nosotros mismos y en la nada.

Nos buscamos a nosotros mismos siempre que salimos de la nada, y por esto no llegamos jamás a la perfección quieta y la contemplación. Éntrate en la verdad de tu nada y de nada te inquietarás, antes bien te humillarás, confundirás y perderás de vista tu propia reputación y estima.

¡Oh, qué baluarte tan fuerte has de hallar en esa nada! ¿Quién te ha de dar pena, si te refugia en esa fortaleza? Porque el alma que se desprecia a sí misma, y que en su conocimiento es nada, nadie le puede hacer agravio ni injuria. El alma que está dentro de su nada guarda silencio interno, vive transformada en el sumo bien, no apetece nada de todo lo creado, vive en Dios sumergida y resignada en cualquier tormento, porque siempre juzga es más lo que merece.

Estándose el alma quieta en su nada, el Señor la perfecciona, enriquece y pinta en ella sin estorbo a su imagen y semejanza. Por el camino de la nada te has de llegar a perder en Dios, que es el último grado de la perfección; y si te sabes perder así, serás dichosa, te ganarás y te volverás a hallar. En esta oficina de la nada se fabrica la sencillez, se halla el recogimiento interior e infuso; se alcanza la quietud y se limpia el corazón de todo tipo de imperfección. ¡Oh, que tesoro descubrirás, si haces en la nada tu morada! Y si te entras en el centro de la nada, en nada te mezclarás por afuera (escalón en donde tropiezan infinitas almas), sino solamente en aquello que por oficio te toca.

Si te estás encerrada en la nada, adonde no llegan los golpes de las adversidades, nada te dará pena, nada te inquietará. Por aquí has de llegar al señorío de tí mismo, porque el dominio perfecto y verdadero sólo gobierna en la nada. Con el escudo de la nada vencerás las vehementes tentaciones y terribles sugestiones del envidioso enemigo.

Conociendo que eres nada, que puedes hacer nada y que vales nada, abrazarás con quietud las sequedades pasivas, tolerarás las horribles desolaciones, sufrirás los martirios espirituales y tormentos interiores. Por medio de esa nada has de morir en ti mismo de muchas maneras, en todos tiempos y a todas horas. Y cuanto más fueres muriendo, tanto más te irás profundizando en tu miseria y bajeza; y tanto más te irá el Señor elevando y uniendo a sí mismo.

¿Quién ha de despertar al alma, de aquel dulce y sabroso sueño, si duerme en la nada? Por aquí llego David sin saberlo, a la perfecta aniquilación. Fui devuelto a la nada y no lo supe. (Salmo 27).

Estándote en la nada, cerrarás la puerta a todo lo que no es Dios; te retirarás aun de ti misma y caminarás a aquella soledad interior, a donde el divino Esposo habla al corazón de su Esposa, enseñándote la sabiduría alta y divina. Ahógate en esa nada y hallarás en ella sagrado asilo para cualquier tormenta.
Por este camino has de volver al estado dichoso de la inocencia que perdieron nuestros primeros padres. Por esta puerta has de entrar a la tierra feliz de los vivientes, donde hallarás el sumo bien, la latitud de la caridad, la belleza de la justicia la línea derecha de la equidad y rectitud; y en suma, toda la perfección. Por último, no mires nada, no desees nada, no quieras nada, no solicites saber nada, y en todo vivirá tu alma descansada en quietud y gozo. Este es el camino para alcanzar la pureza del alma, la contemplación perfecta y la paz interior. Camina, camina por esta senda segura y procura sumergirte en esa nada, perderte, y abismarte, si quieres aniquilarte, unirte y transformarte".

-Guía espiritual, libro III, edición digital en:




1 comentario:

Clari dijo...

no conocía mucho todo lo de Francisco de Asís pero se ve una gran guía espiritual. ahora que voy a viajar a Los Angeleso voy a ver si encuentro más cosas acerca de el para aprender mas acerca de la religión

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS





Altísimo y omnipotente buen Señor,tuyas son las alabanzas,la gloria y el honor y toda bendición.A ti solo, Altísimo, te convieneny ningún hombre es digno de nombrarte.Alabado seas, mi Señor,en todas tus criaturas,especialmente en el Señor hermano sol,por quien nos das el día y nos iluminas.Y es bello y radiante con gran esplendor,de ti, Altísimo, lleva significación.Alabado seas, mi Señor,por la hermana luna y las estrellas,en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.Alabado seas, mi Señor, por el hermano vientoy por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,por todos ellos a tus criaturas das sustento.