Buen Dia Herman@, Paz y Bien en el amor de Nuestro buen Dios.
"Cuando quieres realmente una cosa,todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla".

jueves, 8 de septiembre de 2011

Natividad de la Santísima Virgen Maria


“Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque el salvara a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21.

¿Por qué venerar el nacimiento de la madre de Jesús, la virgen María?.

Porque es parte de la devoción cristiana a través de los siglos, el venerar los acontecimientos y las personas que han preparado el nacimiento de Cristo en el plano humano y en el plano de la gracia: y entre ellos se encuentran, su madre, el nacimiento de ella, la concepción virginal de Jesús, sus padres, sus antepasados (Mateo 1:1-16).

Creer en todo lo que fue preparando la encarnación de Jesús, significa creer que realmente sucedió y reconocer, a la vez, la necesidad de la colaboración humana en los planes que Dios tiene para la salvación del mundo.

Y, ¿por qué el nacimiento de María?.

Si el nacimiento de Cristo quiso conservar intacto el templo de la virgen, el nacimiento de esta no puede no ser un acontecimiento salvífico.

Venerar a María Virgen es pretender imitar sus virtudes y pedir su intercesión para que nos hagamos merecedores de la complacencia de Dios.

Así lo cantan las oraciones para la celebración de este día: “Hoy es el nacimiento de Santa María Virgen, en cuya belleza y humildad Dios se ha complacido”. “Que se goce la Iglesia de su nacimiento, ya que fue para el mundo esperanza y aurora de salvación”.

Celebramos un el día feliz en que apareció en el mundo como una estrella radiante la Inmaculada y gloriosa madre de Dios. Después de la culpa de la primera mujer, por fin se nos abrió la anhelada puerta de la vida y fuimos llamados de las tinieblas a la alegría de la luz eterna por el hijo de la virgen María. (Prefacio).

martes, 6 de septiembre de 2011

Arriésgate


¿Se imaginan qué sería del mundo si hubiere imperado el ¡cuídate! en vez del¡arriésgate!?

Nada de lo que conocemos existiría, incluidos nosotros, ya que nuestros padres hubieron de arriesgarse alguna vez a entablar alguna relación entre ellos para que pudiéramos ser engendrados, no importando la calidad de dicha unión en este análisis, sino importando solamente que se produjo.

Me imagino a la madre de Marco Polo negándole el permiso al joven veneciano porque el viaje al Oriente lejano le iba a traer dolores, malestares, peligros, incomodidades. Dormir bajo las estrellas; viajar azotados por el viento bajo un sol inclemente; atravesar montañas nevadas; desiertos calcinados; ríos caudalosos; enfrentar temporales de agua y vientos huracanados; pasar hambre, sed, frío y calor, etc. ¿Qué hubiera sido de la aventura del fantástico viaje de este aventurero si no hubiese sido alentado a llevarlo adelante?

En la vida hay que arriesgarse para vivirla.

En la actualidad hay muchas personas que viven vidas angustiantes, planas, insatisfactorias; no pueden dejar lo poco que tienen para ir por lo mucho que quieren. Muchas veces se nos quitan cosas que tenemos y el lamento por la pérdida es profundo, hay llanto, dolor y penas. Sin embargo la mano del Invisible puede actuar en esa ocasión dejándonos livianos para emprender alguna aventura, para iniciar algún descubrimiento de lo mucho que nos espera. Culturalmente estamos condicionados a acaparar, a atesorar, a juntar, llenándonos de objetos, recuerdos, ropa, comida, e incluso personas, que no necesitamos para nada. Y cargamos la mochila con todo ello lo que hace más dificultoso el viaje. Y a veces la mochila es tan voluminosa que nos hace encorvar la espalda y no permite que podamos dar vuelta la cabeza para mirar atrás y aprender del camino que hemos recorrido.

Hoy se escucha por todos lados la palabra “Cuídate“, como muestra de afectividad. Sin embargo siempre digo que él único efecto de esa palabrita es generar miedo inconsciente en el auditor. Cuando me lo dicen a mí pregunto ¿Me cuido de qué?, y normalmente el que lo dice se sorprende. Claro, no lo piensa, es solamente una moda. ¿Me debo cuidar de qué?: ¿de los delincuentes?, ¿para ello debería salir con una armadura o con un arma presta a disparar a la calle?; ¿de las enfermedades?, ¿para ello debería salir en una burbuja aséptica con micrófono incorporado para comunicarme con el otro?, ¿o no debería dar la mano a nadie, ni menos besar a mis seres queridos, y ni pensar en un beso en la boca?; ¿de los accidentes del tránsito?, ¿cómo evitar que aquel disipado beba todo un día y de pronto tome su auto y me arrolle en la vereda frente a mi casa?

No, la palabra cuídate es tenebrosa. Mejor cuando te despidas de alguien dile: “te quiero mucho”, va a dar mucha energía positiva. Yo siempre digo “que Dios te bendiga”. Y no me importa en qué Dios crea, o si cree o no en Dios. No, solamente yo le deseo lo mejor, en una dosis de ánimo. Y si cree en Dios pido para que ese Dios -el que sea que él o ella crea- le traiga todo lo bueno que necesita.

Muchas veces me dan ganas de decir “arriésgate”, para que salga a vivir la vida, para que salga a conocer el mundo, para que comience a hablar con el del lado, para que dé las gracias y reciba de vuelta una sonrisa. Ese es el riesgo, vivir la vida.

Arriésgate a caminar sobre la pandereta, como cuando eras pequeño, antes que te dijeran “ten cuidado porque te puedes caer”. Es preferible decirle ahora a tu niño interno “sé cuidadoso y mira bien donde pisas para que llegues al otro lado”. Eso le enseña a tomar riesgos, y a tomar la vida en sus manos, no conociendo los límites antes de conocer el territorio como se quiere que hagan siempre los niños. Cuando teníamos 10 meses comenzamos a levantarnos del suelo y a poner la cabeza en alto. Eso es un riesgo. Si no hubiéramos sido alentados a caminar andaríamos aún a gatas.

¿Cómo conocer el amor en la vida si no te arriesgas a vivirlo?

¿Cómo conocer otros lugares del mundo si no te arriesgas a viajar?

¿Cómo conocer la maravilla de lo que encierran los libros si no te arriesgas a leerlos?

¿Cómo vivir la maravilla del conocimiento si no te arriesgas a la soledad del estudio persistente?

¿Cómo conocer la maravilla que encierra la otra orilla del río si no te atreves a nadar?

Es posible que los riesgos de vivir la vida te intimiden. Más aún si has tenido experiencias dolorosas anteriormente. Sin embargo, el dolor es parte del aprendizaje, y a veces llega para sacarnos del letargo y remecernos un poco -o mucho- y nos demos cuenta de hacia dónde es conveniente que nos movamos.

Arriésgate a vivir la vida, merece ser vivida. Piensa un instante en la aventura de Colón y en las consecuencias que ello tuvo. Y en las condiciones en que se aventuró. Arriésgate.

Que Dios nos bendiga a todos, especialmente cuando nos arriesgamos.

La Paz Interior

Cerrando Círculos


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! 

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. 

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. 

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

Paulo Coelho

Visita a la Eucaristía y comunión espiritual




Cuando no es posible visitar a Jesucristo en el Sagrario en la Iglesia.


Ir al Sagrario es ir a dialogar cordialmente con Cristo, hacer un acto de presencia ante el Redentor, poner en sus manos los esfuerzos y la voluntad de entrega, aprender las lecciones que el Señor me ofrece en el sacramento. De esos breves contactos con Jesucristo en la Eucaristía deben brotar la gratitud, el aliento en la lucha, la confianza y la alegría de estar con Él, el deseo de imitarle.


Se hace preferentemente una oración espontánea y personal, donde se renueven la fe, esperanza y caridad, se pide por la Iglesia, el Papa, el Regnum Christi y el mundo, y por todas las necesidades personales, familiares o de otro tipo.


Cuando no es posible visitar a Jesucristo en el Sagrario en alguna iglesia, se puede hacer una comunión espiritual, usando esta fórmula u otra semejante:


Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.

lunes, 5 de septiembre de 2011

“Sueño de un mundo nuevo”



Martin Luter King soñó con un mundo nuevo, con un mundo ideal que nada tenía que ver con la realidad. Tal vez sus sueños fueran absurdos, tal vez fueran los sueños de “un loco” pero no pudieron pararle los pies. Fue un soñador que luchó por su ideal y lo consiguió... y es que hay sueños posibles. Para finalizar vamos a leer TODOS JUNTOS esta oración, despacio y sin prisas, dejando que sus palabras lleguen a todos los rincones de nuestro corazón. 

“Sueño que llegará el día en que los hombres se elevarán por encima de sí mismos y comprenderán que están hechos para vivir juntos, en hermandad. Todavía sueño en aquella mañana de Navidad, que llegará el día en que todos los negros de este país, todas las personas del mundo, serán juzgadas por el contenido de su personalidad y no por el color de su piel; que cada hombre respetará la dignidad y el valor de la personalidad humana. Todavía, sueño hoy, que llegará el día en que las industrias paradas de Appalachia serán puestas en marcha y servirán para llenar los estómagos vacíos de Mississippi, y que la hermandad será algo más que unas palabras colocadas al final de un sermón: que en las agendas de todos los hombres de negocios se encontrará escrita la palabra “hermandad”. Todavía sueño hoy que en todos los Ministerios y en todos los ayuntamientos serán elegidos los hombres que obren con justicia y misericordia, siguiendo los pasos de Dios. Todavía sueño hoy que la guerra se acabará...Llegado este día nos será revelada la gloria del Señor, y la contemplaremos todos unidos. Todavía sueño que con esta fe seremos capaces de transformar los límites de la desesperación. Con esta fe podremos anticipar el día de paz en la tierra y de buena voluntad para todos los hombres. Será un día glorioso: los luceros del alba cantarán unidos y los hijos de Dios exultarán de alegría.” 

King, M.L. (a, 151-152) 

sábado, 3 de septiembre de 2011

COMO ORAR: MOMENTOS O PASOS DE LA ORACIÓN


El poder de la Oración.

La Oración es un diálogo expreso y directo con Dios donde implicamos todo lo que somos y hacemos. Oramos cuando conversamos con Dios como un amigo, como nuestro salvador. Orar es conversar con Dios compartiendo mis alegrías, mis tristezas, mis esperanzas y mis angustias. La oración puede ser de agradecimiento, de alabanza, de súplica, de protección, de sanación y hasta de discusión sobre lo que nos pasa en la vida.

Se puede orar de muchos modos y con muchas ayudas, pero no olvidemos que lo más importante son los interlocutores que se dan cita en el encuentro que llamamos oración. Y esos interlocutores son Tú mism@, la realidad y Dios.

Con la Aplicación de Sentidos (o Traer los Sentidos), propuesta por Ignacio de Loyola, se busca que la sensibilidad del orante vaya pareciéndose a la de Jesús. No basta que nuestros ideales y valores coincidan con los de Jesús, ni que vivamos momentos de fervor y entusiasmo en nuestra vida de orantes. Hace falta que toda nuestra persona se humanice al modo de la humanidad de Jesús, adquiriendo una capacidad de percibir, de interpretar y de disponerse en la vida de modo cualitativo. Y esto sólo se logra con una mirada que pueda ver el paso de Dios, con un oído atento a la voz de la gente y la de Dios, con un olfato que sabe percibir rumbos, con un gusto que sabe encontrar el toque especial de la vida y con un tacto que sostiene y acaricia con audacia y ternura la vida.

 COMO ORAR: MOMENTOS O PASOS DE LA ORACIÓN

Les llamamos pasos o momentos para que sirvan de guía. La importancia de estos momentos radica en que ayudan a una mayor comprensión de las vivencias por las que de forma muy variada pasa el orante. Tomar conciencia de estos momentos y profundizar en ellos ayuda a que el encuentro contigo mism@, con la realidad y con Dios sean más fecundos.

1° Momento: A lo que vengo”. Se trata de tomar conciencia del encuentro al que me dispongo. Este paso o momento es como la puerta de entrada. El orante trata de centrar todo su ser en torno a lo que se dispone a vivir. Decir una y otra a vez “a lo que vengo es a esto o aquello en la oración”, no es algo mágico que despeja las distracciones o incertidumbres que se padecen, sino que es la reafirmación (por repetición) de un tono vital en el que deseo hallarme, para que todas las fibras humanas entren en juego durante la oración.

2° Momento: Pacificación”. Es una metodología para lograr concentrarme-descentrarme-centrarme. La pacificación tiene que ver con las posturas y actitudes que ayudan a disponer toda la persona en ese tono orante que se desea. La persona concentra sus ritmos, sus afectos y su razón en función de lo que se desea vivir. Y al ritmo de esta concentración, los pensamientos y afectos se ponen en movimiento, ayudando a tomar conciencia de las fijaciones, distracciones, etc., y poder dar paso a la capacidad de centrarse en aquello que dé mayor gusto interior y sentido. Para la pacificación ayuda mucho el lugar, la ubicación, los sonidos, etc. Este momento puede hacerse cuantas veces sea necesario. Muchas veces conviene retomarlo en otros momentos de la misma oración con la finalidad de alcanzar una mayor centramiento en la oración. Cada persona irá adquiriendo su propio modo de pacificarse.

3° Momento: “Oración Preparatoria”. Es una jaculatoria que ayuda a centrar los afectos y razonamientos. Ignacio ha propuesto en sus Ejercicios Espirituales una única oración preparatoria: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y procesos interiores, estén totalmente ordenados a cumplir tu voluntad”. Esta Oración Preparatoria está propuesta para ser repetida tantas veces como sea necesaria. Incluso, puede tenerse como telón de fondo durante la pacificación. Cada persona puede modificarla y hasta resumirla en la forma que más le ayude. En su sencillez, esta oración es una jaculatoria, una especie de deseo repetido, y por ello familiar, que puede servir para nuestro diario caminar.

4° Momento: Composición del Lugar”. Un modo de trabajar la imaginación y los imaginarios. La Composición del Lugar es la recreación del contexto propio de cada persona que ora. No se trata de un ejercicio imaginario, sino de la visualización de todos los elementos externos e internos que intervienen en la vivencia que se está teniendo. Lo imaginario puede ser un conjunto de representaciones, pero a lo que Ignacio se refiere no es a esto, sino a ponerse delante o frente a su contexto, a su realidad tal cual es, como si presente se hallara, con la finalidad de que cada orante pueda, ubicarse de forma objetiva y real. Para Ignacio, componer el lugar no se reduce a componer imágenes sin más, sino a un proceso que permita, mediante la energía de la propia palabra interior, crear su propio modo de dialogar con la vida y con Dios.
5° Momento: Petición”. Se trata de pedir lo que se desea. Por ejemplo: “Señor, dame conocimiento profundo e interno tuyo”.
6° Momento: “Contenido o Materia”. Es el tema, temática o asunto sobre el que se basa la oración. La materia de la oración es muy variada. Cada persona ha previsto en la preparación de la oración, la materia de dicha oración. La materia no siempre es algo fijo o predeterminado, porque puede ocurrir que el mismo Dios hace que la oración tome otro rumbo y habría que estar abierto a ello. Si hemos dicho que la oración es un diálogo con un amigo, ello quiere decir que hay dos hablantes y ambos tienen su protagonismo en este encuentro.

7° Momento: “Coloquio”. Es un diálogo tierno y fecundo entre el Orante y el Orado. El coloquio es una conversación que uno tiene tal como se conversa con un amigo. Se trata de una comunicación en la que uno balbucea con palabras bien sentidas aquello que se ha sedimentado en la vivencia tenida en la oración. El coloquio es otro aspecto que bien puede ser empleado en la cotidianidad de la vida. Muchas veces nos encontramos teniendo coloquios bien profundos. Será el Examen quien permita distinguir si tales diálogos son fecundos o no.
8° Momento: “Examen o Cierre de la Oración”. Es un modo de ver si lo vivido en la Oración es de Dios, si tiene significatividad en mi vida y hacia dónde me conduce la experiencia vivida.

Orar con el cuerpo




Prepara tu cuerpo para orar

En esta forma el cuerpo ha de estar quieto por lo que te sugerimos:
Sientate en una postura comoda y pon las manos en tu regazo, con las palmas hacia arriba. Toma conciencia de las diversas sensaciones que tienes, pero de las que no eres explicitamente consciente. Reconocemos sensaciones 3 o 4 segundos y luego seguimos
Comienza tomando conciencia de las plantas de tus pies en contacto con los zapatos, con las medias, en como se apoyan en el suelo, experimenta como se descansa la planta de los pies como hundiéndose en el piso…Toma conciencia de tus pantorrillas, tus muslos en contacto con el asiento, de tus caderas que se descansan en el asiento, recorre tu espalda hasta tus hombros, el contacto de la ropa con la espalda y los hombros, el contacto de la espalda con el asiento luego en la sensación de tus manos que descansan sobre tu regazo, los brazos que caen relajados. No te demores mas de tres o cuatro segundos en cada una de estas sensaciones.
Lo importante es que sientas esas sensaciones, no que las pienses.
Recorre la nuca, tu cabeza, tu rostro, las mejillas, la frente. Experimenta como tus maxilares se aflojan
No hagas el mas mínimo movimiento, por muchas ganas que sientas de cambiar de postura, de moverte o de rascarte…. Este sosiego o quietud constituye una excelente plataforma para la oración.


Orar con el cuerpo

Ubícate a solas, delante de una imagen de Jesus e imagina que El se encuentra vivo delante de ti.
Siéntate, con la espalda recta, luego, lentamente, levanta la cabeza hasta que tus ojos queden fijos en El. Manten esa postura unos instantes.
Luego con tus manos expresa tu ofrecimiento a Jesus (por ejemplo eleva poco a poco las manos, con las palmas hacia arriba, hasta que queden a la altura del pecho o puedes juntar las manos como sosteniendo un plato u otro gesto ) Quedate asi unos minutos, entregandote a Jesus desde lo hondo de tu corazon. No digas nada y observa luego que sientes.
Luego, lentamente, haz que la cabeza y las manos vuelvan a su posicion inicial. Si quieres seguir entregandote a Jesus puedes repetir el gesto o hacer otro.
Mas tarde puedes pedir perdon con tu cuerpo (lentamente ponte de pie, pon los brazos en cruz, con movimientos suaves o arrodillate manteniendo los brazos en cruz o postrate haciendo que tu frente toque el piso. Todo esto con movimientos muy lentos, como en cámara lenta). Permanece asi varios minutos, con un corazon arrepentido y suplicante de Misericordia. No digas nada y observa luego que sientes. Vuelve a la postura inicial.
Si quieres suplicar algo al Señor: arrodillate y junta las manos en actitud orante a la altura del pecho. Permanece asi unos minutos. Luego, puedes tenderte en el suelo (conviene de estar arrodillado pasar primero a estar apoyado sobre las dos rodillas y las dos manos y luego ir desplazando las dos manos hacia delante hasta estar tendido en el suelo). Luego extiende los brazos de modo que tu cuerpo adopte la figura de una cruz. Permanece asi durante unos minutos, en expresion de postracion, de suplica. Vuelve a la posicion inicial.
Todos los movimientos deben ser suaves y lentos.
Si quieres alabar al Señor: ponte de pie y eleva tus brazos al cielo, como queriendo tocar al Señor. Mueve tus dedos en señal de alegria y si quieres mueve o balancea tu cuerpo como una danza frente a Jesus. Permanece unos minutos, con un corazon lleno de adoracion y alabanza. Vuelve a la postura inicial.

¿Dónde orar?

or lugares en contacto con la naturaleza: un jardin, la ribera de un rio, una montaña, el mar.
Otros lugares puede ser la terraza que nos abre al cielo, aun en medio de la ciudad, un templo (iglesia, capilla, oratorio) para orar delante del Santisimo.
Si no nos es posible puede ser una habitacion o un rincon de la casa ambientado con un cuadro de Jesus o una imagen o con una luz tenue o un pequeño altar con la Palabra de Dios. Es importante que este alejado del ajetreo y ruido de la casa (telefono, entrada y salida de personas).
Se recomienda orar en el mismo lugar porque con el tiempo esto nos ayuda, ya que el lugar es santificado por la oración.

Oracion de proteccion contra el mal


Señor Jesus, en tu nombre y con el Poder de tu Sangre Preciosa sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a traves de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesus sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satanicas de la naturaleza, en los abismos del infierno,y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesus rompemos toda interferencia y accion del maligno.

Te pedimos Jesus que envies a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santisima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Angeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesus sellamos nuestra casa, todos los que la habitan (nombrar a cada una de ellas), las personas que el Señor enviara a ella, asi como los alimentos y los bienes que Él generosamente nos envia para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesus sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes,pisos y el aire que respiramos, y en fe colocamos un circulo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesus sellamos los lugares en donde vamos a estar este dia, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar (nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesus sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia, y los vehiculos, las carreteras, los aires, las vias y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra Patria a fin de que Tu Paz y Tu Corazon al fin reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y por Tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo. Amen.

Vivir poseyendo vs. vivir de prestado


Hay dos formas básicas de vivir: sometido a las cosas materiales, o por encimma de ellas.

- El primer modo es el más común, es la "opción por defecto" que te ofrece la sociedad, aunque de una forma sutil y atractiva. Consiste en buscar seguridades a través de la posesión de cosas, muchas cosas... tantas que llega un momento en que te olvidas incluso de quién eres tú realmente. Ni te valoras como hijo de Dios, ni valoras a los demás como tales; sino que los conviertes (inconscientemente) en cosas también.

- Pero hay otra forma, la que vivió Jesús plenamente: consiste en poner tu seguridad en Dios, no en las cosas. Y a partir de ahí todo lo material cobra mucho menos valor, y, sin embargo, todo lo humano cobra mucha más importancia; aprendes a ver y disfrutar de lo mejor de todo ser humano, y a potenciar lo mejor de tí mismo. Descubres que las verdaderas riquezas no están fuera sino dentro de tí mismo y de cada otro.

Después de Jesús, muchos hombres y mujeres se han atrevido a vivir así (digo bien, "atrevido") desposeídamente, generosamente, libremente; sabiendo que su mayor riqueza era desarrollar lo que Dios había puesto dentro de ellos, para los demás. Incluso aunque fueran tomados por locos. Algunos nombres de estos valientes son Francisco y Clara de Asís, Teresa de Jesús, Teresa de Calcuta, Francisco de Borja, Zaqueo, Ignacio de Loyola... y una larga lista de personas anómimas que sólo están inscritas en los corazones de quienes fueron ayudados por ellos.



Busco tu rostro Señor

En busca de Dios


¡Te necesito, Señor!,
porque sin Ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante Ti.
¡Quiero buscarte!
Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado;
en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte en tus sacramentos,
En el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de tu cotidiana entrega radical.
¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.
¡Tengo que verte!
Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser,
en las capacidades que me has dado,
en los deseos y sentimientos que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas del encuentro cara a cara contigo.

Por Teilhard de Chardin

¿Quién?

Francisco, un pobre que canta su alegría.


Francisco es el Santo de la alegría.

Francisco, desprendido completamente de sí mismo y de los bienes de la tierra, irradia la alegría por toda su vida.

Para él, ser alegre es una manera de amar a sus hermanos. La alegría es un acto esencialmente fraternal; mi hermano tiene necesidad de mi alegría para vivir, como yo tengo necesidad de su alegría para vivir.

El escribe en su Primera Regla, 7,16: "Que los hermanos tengan cuidado de no manifestar modales sombríos, y una tristeza hipócrita: sino que se muestren alegres enel Señor, sonrientes y graciosos como conviene".

Lo que impresiona, a propósito de la alegría de Francisco, es su vitalidad. es su explosión de juventud, es la verdadera vida que salta como un torrente, es el sonreir espontaneo del sabio que, tomando un camino de contratempo para alcanzar más rápidamente su fin, ve al regreso, a los otros retardarse en demoras inútiles y juguetear en medio de los placeres del mundo, que frecuentemente son más engañosos que regocijantes. Por eso el sueña en hacerles participes de su secreto. 

SAN FRANCISCO tenía un don especial para con las criaturas....


EL LOBO DE GUBBIO 

 En el tiempo en que San Francisco moraba en la ciudad de Gubbio, apareció en la comarca un grandísimo lobo, terrible y feroz, que no sólo devoraba los animales, sino también a los hombres; hasta el punto de que tenía aterrorizados a todos los habitantes, porque muchas veces se acercaba a la ciudad. Todos iban armados cuando salían de la ciudad, como si fueran a la guerra; y aun así, quien topaba con él estando solo no podía defenderse. Era tal el terror, que nadie se aventuraba a salir de la ciudad.
San Francisco, movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes, que querían a todo trance disuadirle. Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros, puesta en Dios toda su confianza. Como los compañeros vacilaran en seguir adelante, San Francisco se encaminó resueltamente hacia el lugar donde estaba el lobo. Cuando he aquí que, a la vista de muchos de los habitantes, que habían seguido en gran número para ver este milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó a sí y le dijo:

— ¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie.

¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco. Entonces, San Francisco le habló en estos términos:

— Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca, has causado grandísimos males maltratando y matando las criaturas de Dios sin su permiso; y no te has contentado con matar y devorar las bestias, sino que has tenido el atrevimiento de dar muerte y causar daño a los hombres, hechos a imagen de Dios. Por todo ello has merecido la horca como ladrón y homicida malvado. Toda la gente grita y murmura contra ti y toda la ciudad es enemiga tuya. Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre ti y ellos, de manera que tú no les ofendas en adelante, y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de perseguirte hombres y perros.

Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía San Francisco. Díjole entonces San Francisco:

— Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesitas mientras vivas, de modo que no pases ya hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho el mal que has hecho. Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero, hermano lobo, que tú me prometas que no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a ningún animal. ¿Me lo prometes?

El lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo prometía. San Francisco le dijo:

— Hermano lobo, quiero que me des fe de esta promesa, para que yo pueda fiarme de ti plenamente.

Tendióle San Francisco la mano para recibir la fe, y el lobo levantó la pata delantera y la puso mansamente sobre la mano de San Francisco, dándole la señal de fe que le pedía. Luego le dijo San Francisco:

— Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que vengas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios.

El lobo, obediente, marchó con él como manso cordero, en medio del asombro de los habitantes. Corrió rápidamente la noticia por toda la ciudad; y todos, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, fueron acudiendo a la plaza para ver el lobo con San Francisco. Cuando todo el pueblo se hubo reunido, San Francisco se levantó y les predicó, diciéndoles, entre otras cosas, cómo Dios permite tales calamidades por causa de los pecados; y que es mucho más de temer el fuego del infierno, que ha de durar eternamente para los condenados, que no la ferocidad de un lobo, que sólo puede matar el cuerpo; y si la boca de un pequeño animal infunde tanto miedo y terror a tanta gente, cuánto más de temer no será la boca del infierno.

— Volveos, pues, a Dios, carísimos, y haced penitencia de vuestros pecados, y Dios os librará del lobo al presente y del fuego infernal en el futuro.

Terminado el sermón, dijo San Francisco:

— Escuchad, hermanos míos: el hermano lobo, que está aquí ante vosotros, me ha prometido y dado su fe de hacer paces con vosotros y de no dañaros en adelante en cosa alguna si vosotros os comprometéis a darle cada día lo que necesita. Yo salgo fiador por él de que cumplirá fielmente por su parte el acuerdo de paz.

Entonces, todo el pueblo, a una voz, prometió alimentarlo continuamente. Y San Francisco dijo al lobo delante de todos:

— Y tú, hermano lobo, ¿me prometes cumplir para con ellos el acuerdo de paz, es decir, que no harás daño ni a los hombres, ni a los animales, ni a criatura alguna? El lobo se arrodilló y bajó la cabeza, manifestando con gestos mansos del cuerpo, de la cola y de las orejas, en la forma que podía, su voluntad de cumplir todas las condiciones del acuerdo.

Añadió San Francisco:

— Hermano lobo, quiero que así como me has dado fe de esta promesa fuera de las puertas de la ciudad, vuelvas ahora a darme fe delante de todo el pueblo de que yo no quedaré engañado en la palabra que he dado en nombre tuyo. Entonces, el lobo, alzando la pata derecha, la puso en la mano de San Francisco. Este acto y los otros que se han referido produjeron tanta admiración y alegría en todo el pueblo, así por la devoción del Santo como por la novedad del milagro y por la paz con el lobo, que todos comenzaron a clamar al cielo, alabando y bendiciendo a Dios por haberles enviado a San Francisco, el cual, por sus méritos, los había librado de la boca de la bestia feroz.

El lobo siguió viviendo dos años en Gubbio; entraba mansamente en las casas de puerta en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno. La gente lo alimentaba cortésmente, y, aunque iba así por la ciudad y por las casas, nunca le ladraban los perros. Por fin, al cabo de dos años, el hermano lobo murió de viejo; los habitantes lo sintieron mucho, ya que, al verlo andar tan manso por la ciudad, les traía a la memoria la virtud y la santidad de San Francisco.

De Florecillas de San Francisco (capítulo XXI), siglo XIV, de autor anónimo.

Contemplación para alcanzar el Amor.


Así como nuestro Seráfico padre San Francisco de Asís, la contemplación a la naturaleza le llevaba a una unión mística con Dios.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Bendición de Santa Clara


"Yo, Clara, sierva de Cristo, plantita de nuestro muy bienaventurado padre san Francisco, hermana y madre vuestra y de las demás hermanas pobres, aunque indigna, ruego a nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia y por la intercesión de su santísima Madre santa María, y del bienaventurado Miguel arcángel y de todos los santos ángeles de Dios, de nuestro bienaventurado padre Francisco y de todos los santos y santas, que el mismo Padre celestial os dé y os confirme ésta su santísima bendición en el cielo y en la tierra (cf. Gén 27,28): en la tierra, multiplicándoos en su gracia y en sus virtudes entre sus siervos y siervas en su Iglesia militante; y en el cielo, exaltándoos y glorificándoos en la Iglesia triunfante entre sus santos y santas.


Os bendigo en vida mía y después de mi muerte, como puedo y más de lo que puedo, con todas las bendiciones con las que el Padre de las misericordias (cf. 2 Cor 1,3) ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas en el cielo (cf. Ef 1,3) y en la tierra, y con las que el padre y la madre espiritual ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas espirituales. Amén.

Sed siempre amantes de Dios y de vuestras almas y de todas vuestras hermanas, 1y sed siempre solícitas en observar lo que habéis prometido al Señor.El Señor esté siempre con vosotras (cf. 2 Cor 13,11), y ojalá que vosotras estéis siempre con Él (cf. Jn 12,26; 1 Tes 4,17). Amén."

Los Escritos Completos de Santa Clara: http://www.franciscanos.org/esscl/escritossc.htm

Santa Clara de Asís


Mujer de su tiempo y de hoy, nos convoca a vivir el Evangelio.

Para entender los rasgos fundamentales de la vida de Clara, es necesario partir del recuerdo, al menos rápido, del estilo de vida social, política y religiosa de la pequeña ciudad de Asís, en torno a la cual se desenvolvió toda la historia de nuestra santa.

Como hija mayor de una de las pocas familias nobles de Asís, vivía en el palacio contiguo a la parroquia, frente a la plaza.Fuera del palacio, la ciudad estaba atravesando unos cambios rápidos. El crecimiento demográfico económico y social imponían nuevos modelos culturales y nuevas jerarquías de valores.

La búsqueda de una alternativa

El momento más intensamente dramático de Clara fue, quizás, lo que ella llamó más tarde “conversión”. Francisco prefirió llamar al suyo “comenzar a hacer penitencia”, o sea, el paso de la vida en la casa del padre a una vida nueva, ajustada a un estilo y a una regla jamás experimentadas hasta entonces.

Sin duda, Clara había quedado impresionada por la opción de Francisco. La pobreza extrema de este joven había impactado a la joven de familia noble. Clara, como su mamá Ortolana, también se había comprometido con obras de misericordia. No quiere limitarse a dar limosna: opta por compartir su vida.

La familia de Clara echará la culpa a Francisco del escándalo de la opción de Clara. La misma Clara pone de relieve el papel de Francisco como fundador de su comunidad y como padre de su propia opción de vida. Pero cuando ella habla de los comienzos de su nueva vida, como en el Testamento, dirá sin rodeos: “Una vez que el Altísimo Padre celestial… se dignó iluminar mi corazón… para que hiciese yo penitencia, enseguida de mi conversión, voluntariamente le prometí obediencia” (Test. Cl. 24.25), por tanto, nadie la había obligado, exigido o coaccionado.

Para Clara, como lo era para Francisco, la pobreza no es una simple virtud, aunque fuera la virtud más importante: la pobreza era una condición de vida, un presupuesto previo absolutamente fundamental para realizar su ideal religioso. Por eso cuando Clara se presenta a las puertas del monasterio aristocrático de San Pablo de las Abadesas, pidió ser recibida, no como monja, sino como sierva, como lo requería su nueva condición social..

La conversión de Clara es el momento en el cual su relación con Francisco alcanzó quizás la máxima densidad. Sin Francisco, Clara no habría optado por romper con su familia; sin Francisco no habría podido imaginarse un radicalismo evangélico mucho mayor que el de la vida religiosa de su madre.

Esta es la gran “lección de Asís”, como afirman los Ministros Generales en su carta de 1991: “Francisco y Clara se han colocado, de algún modo, fuera del mundo, realizando una ruptura radical con la sociedad feudal, clerical y monástica de su tiempo, para vivir sin poder y sin tener, sin nada propio. Francisco a los pies de todos en cualquier lugar del mundo; Clara a los pies de todos junto al Señor, en la clausura de San Damián. Ambos al servicio de todas las personas, todas ellas pobres, en la caridad que viene de Dios, en el Espíritu y a imitación del Verbo encarnado.

Si se estudian atentamente los escritos de Clara se aprecia que ella no repite a Francisco; desde su propia experiencia ha desarrollado la misma espiritualidad en forma femenina. Clara tiene una autoridad innegable como maestra de la teología mística.

Unidad de la familia franciscana

En la visita que el Papa Juan Pablo II realizó a las clarisas de Asís el 12 de marzo de 1982 hizo un discurso improvisado donde compartió afirmaciones insospechadas: “Francisco y Clara, estos dos nombres, estos dos fenómenos, estas dos leyendas… Cuando celebren el aniversario de Santa Clara deben hacerlo con gran solemnidad. Es difícil separar los nombres de Francisco y de Clara… Este binomio es una realidad que solo se entiende con categorías cristianas, espirituales, del cielo. Pero es también una realidad de esta tierra… En la tradición viva de la iglesia… no queda solo la leyenda. Queda en el modo en que San Francisco veía a su hermana, el modo en que ella se desposó con Cristo; se veía a sí mismo a imagen de ella, imagen de Cristo, en la que veía retratada la santidad que debía imitar; se veía a sí mismo como un hermano, un pobrecito a imagen de la santidad de esa esposa auténtica de Cristo en la que encontraba la imagen de la esposa perfectísima del Espíritu Santo, María Santísima…”

Teniendo en cuenta estas palabras, se puede intuir la fundamental unidad y reciprocidad de la vida evangélica, encarnada por Francisco y Clara para seguir, en el Espíritu, al Señor y a su Madre, en la Iglesia y para la Iglesia, en servicio de toda la humanidad y de todo el cosmos: a los pies de todos, como conviene a hermanos menores, a hermanas pobres, a fieles penitentes.

Por tanto, sentirse una sola familia en el cielo y en la tierra en torno a Cristo y a María, viviendo la fraternidad universal, como conviene a siervos y siervas sujetos a toda criatura: ésta es la experiencia substancial de la vida evangélica y eclesial vivida por Francisco y Clara, y por toda su familia universal, como anuncio y testimonio de la buena noticia de la liberación de los pobres y de los humildes y de nuestra misma hermana y madre Tierra.

Conclusión

No se me ocurre otra manera de ir concluyendo que unirnos a la alabanza que hace el Papa Alejandro IV a Clara en su canonización: “Clara fue la primera entre los pobres, maestra de castas y abadesa de penitentes. Ella gobernó el monasterio y la familia que se le encomendó con discreción y diligencia en el temor y servicio del Señor y en la exacta observancia de la Orden: alerta en la solicitud, hacendosa en los oficios, atenta para exhortar, con amor al amonestar, moderada al corregir, con mesura en el mandar, pronta a la compasión, discreta en sus silencios, sensata en el hablar; consultada además cuanto le parecía a propósito para gobernar con todo acierto, prefiriendo servir antes que regir, y honrar antes que ser honrada…” 
Fuentes:
Escritos de Santa Clara, de la BAC, 1999
Clara de Asís de Marco Bartoli, 1992
Clara de Asís mujer nueva, Carta de los Ministros Generales, 1991
La vía de la belleza, María V. Triviño, 2003

jueves, 1 de septiembre de 2011

En el abrazo de Dios

 
Puedes vivir todo el día, toda tu vida haciendo una sola cosa: VIVIR ABRAZADO O ABRAZADA A DIOS, vivir con sus mimos, cantándote "yo te amo". Porque puedes hacer muchas cosas o sentir muchas cosas, pero si tu solo deseas estar en su presencia, puedes en medio de todo VIVIR ABRAZADO O ABRAZADA DE DIOS.

Imagínate de bebe...
En sus brazos... tomándote...
Lentamente... te toma en sus brazos fuertes y cómodos... diciéndote:

“DESDE SIEMPRE TE CONOCI PEQUEÑO, PEQUEÑA...
YO TE FORME Y TE HICE TAL COMO ERES,..
ASI ME ENCANTAS...
HE VISTO TUS DOLORES HE VISTO TUS HERIDAS...
PERO TRANQUILO... YA ESTA APUNTO DE ACABAR...
YO TENGO ALGO NUEVO PARA TI... SI? YO TE AMO...
TU ERES MI ESPECIAL TESORO...
DARIA EL MUNDO ENTERO A CAMBIO TUYO...”

…Y esa es la vida en abundancia, HABITAR EN SU PRESENCIA. Aprendí que solo es eso... que solo es pasar tiempo con el y nada mas.

Vivir solo en sus brazos, en su abrazo. Dios solo quiere eso de ti. Pues cuando trabajes, estudies, o hagas cualquier cosa, si siempre buscaste su presencia, Dios seguirá abrazándote en todo momento.

Esa es la vida... VIVIR ABRAZADOS A EL A CADA SEGUNDO... siempre.

Ayer cuando estaba adorando esperaba sentirme súper enamorado, dejar todo de lado... dar todo de mi, pero me di cuenta q no podía, y es cuando aprendí que puedes estar firme en tu relación con Dios pase lo que pase o sientas lo que sientas.

Sientas lo q sientas pase lo que pase NADA TE ALEJARA DEL AMOR DE DIOS.

No es una fase... ES TODA UNA VIDA POR DELANTE, SOLO PERMANECIENDO CON EL. No hay necesidad de nada más.

Necesitabas de Dios??? Querías tiempo con ganas de necesitarlo??? ESTE ES TU MOMENTO, disfrútalo!!!

Querías tiempo para meditar?? Este es tu tiempo.

Puedes vivir todo el día, toda tu vida haciendo una sola cosa.. VIVIR ABRAZADA DE DIOS, vivir con sus mimos, cantándote "yo te amo".

Porque puedes hacer muchas cosas o sentir muchas cosas, pero si tu solo deseas estar en su presencia, puedes en medio de todo VIVIR ABRAZADO O ABRAZADA A DIOS.

Y cuando vivas abrazada a El,  EL MUNDO TE VERÁ Y ADORARÁ A DIOS, TODO LO QUE HAGAS TE SALDRA BIEN.

IMPACTARAS A MILES Y MILES DE PERSONAS. VIVIRAS LA GLORIA DE DIOS

Ahora se como vivir: Morando en su presencia por siempre. Vivir su abrazo, mirando como ama los corazones del mundo todos los días, así como ama  el mío.

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS





Altísimo y omnipotente buen Señor,tuyas son las alabanzas,la gloria y el honor y toda bendición.A ti solo, Altísimo, te convieneny ningún hombre es digno de nombrarte.Alabado seas, mi Señor,en todas tus criaturas,especialmente en el Señor hermano sol,por quien nos das el día y nos iluminas.Y es bello y radiante con gran esplendor,de ti, Altísimo, lleva significación.Alabado seas, mi Señor,por la hermana luna y las estrellas,en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.Alabado seas, mi Señor, por el hermano vientoy por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,por todos ellos a tus criaturas das sustento.